2º ESO: T.4: PALABRA DE DIOS EN LAS CELEBRACIONES, PÁG 42; PÁG 43, 2;
https://infovaticana.com/2013/11/24/que-es-la-liturgia-de-la-palabra/
42: Qué libros de la Biblia se usan en la Misa:
LITURGIA DE LA PALABRA:
Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando.
Comprende: Primera Lectura – Salmo Responsorial – Segunda Lectura – Aleluya – Evangelio – Homilía – Credo – Oración universal.
Primera lectura En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.
Salmo Meditamos rezando o cantando un salmo.
Segunda lectura En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles.
Evangelio El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: “Gloria a ti, Señor Jesús”.
Homilía El celebrante nos explica la Palabra de Dios.
Credo Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos nuestra fe.
Oración de los fieles Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.
43,2: Extraer las claves de interpretación de los libros bíblicos:
CAPÍTULO III INSPIRACIÓN DIVINA DE LA SAGRADA ESCRITURA Y SU INTERPRETACIÓN
Se establece el hecho de la inspiración y de la verdad de la Sagrada Escritura

11. Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo. la santa Madre Iglesia, según la fe apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia. Pero en la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando El en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que El quería.
Cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura

12. Habiendo, pues, hablado Dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que El quiso comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y quiso Dios manifestar con las palabras de ellos.
Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a “los géneros literarios”. (…) Pues para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres.
Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuanta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe*.
Condescendencia de Dios

13. En la Sagrada Escritura, pues, se manifiesta, salva siempre la verdad y la santidad de Dios, la admirable “condescendencia” de la sabiduría eterna, (…). Porque las palabras de Dios expresadas con lenguas humanas se han hecho semejantes al habla humana, como en otro tiempo el Verbo del Padre Eterno, tomada la carne de la debilidad humana, se hizo semejante a los hombres.
*Principio de interpretación que sugiere que los pasajes más claros de las Escrituras deben ser utilizados para interpretar los más difíciles o complejos
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